El cambio climático es el mayor reto medioambiental en la actualidad no solo en Latinoamérica sino también en el resto del mundo, ya que las ciudades son responsables de un 70 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) o de gases de efecto invernadero (GEI) que dañan al planeta.
El transporte en América Latina es uno de los principales generadores de tales emisiones que afectan al medio ambiente y por ende los Gobiernos, con Chile, Colombia, México y Brasil a la cabeza, trabajan para que un futuro todos los autobuses sean eléctricos, en consonancia con el Acuerdo de París, firmado 2015.
Pero ¿qué es la descarbonización? Es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO2), a la atmósfera. Su objetivo es lograr una economía global con bajas emisiones que consiga la neutralidad climática a través de la transición energética.
El ser humano, al quemar combustibles fósiles para el desarrollo de su economía, incrementó las emisiones de CO2, uno de los causantes del efecto invernadero, y por tanto del calentamiento global y el cambio climático.
Para lograr la descarbonización es necesaria la transición energética, un cambio estructural que elimine el carbono de la producción de energía. Se trata de electrificar la economía en base a energías alternativas limpias que emitan únicamente lo que el planeta puede absorber. Y América Latina va hacia ese objetivo con los buses eléctricos.
«En 2018, el sector transporte representaba el 15% de todas las emisiones de GEI en la región, y era el sector que tenía una mayor tasa de crecimiento”, apuntó Gustau Mañez Gomis, coordinador de Cambio Climático para América Latina y El Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
«Una rápida tasa de motorización, una población urbana creciente acompañada de poca planificación urbana, mayor movimiento de transporte de carga en mercados domésticos y de exportación, así como un crecimiento del poder adquisitivo, fueron algunos de los factores», detalló.
Y agregó: «Hay que recordar que América Latina tiene una de las mayores tasas de utilización de buses para transporte público del mundo. Si bien las tasas de transporte motorizado privado, es decir, autos y motocicletas particulares, va en aumento, el uso de buses de transporte público sigue siendo el principal medio de movilización en muchísimas de las ciudades de la región».
«Sin embargo, el compromiso del sector público y privado con la electrificación se ha mantenido. A pesar de estos dos años de pandemia, hemos visto la entrada fuerte de autobuses en Ciudad de México, Bridgetown (Barbados), Bogotá, Montevideo», continuó.
«Hasta julio de este año se sumaban unos 2.500 buses eléctricos en América Latina y el Caribe. De estos, 900 son trolebuses, y el resto, buses eléctricos de baterías de diferentes tamaños”, explicó Mañez Gomis, quien detalló que estos se concentran principalmente en Chile (819), Colombia (588), México (400) y Brasil (350).
Se trata de una tendencia ascendente ya que, según el informe, a partir de 2025 se estarán desplegando anualmente más de 5.000 autobuses eléctricos en las ciudades de América Latina y el Caribe.